Cuestión de escala
Hagamos el ridículo, pero a lo grande.
Cometamos desmanes, sí, ¡sin tasa!
A forrarse, y siempre a costa de lo que se ponga por delante.
Y a algunos la mayúscula horterada les parecerá un sol que resplandece desde el suelo de Aragón y bla, bla, bla.
A mí sin embargo no deja de parecerme un bicho tentacular y bastante repugnante, en fondo, forma e intenciones.
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