Todos exigimos

"Y, de paso, habrán de exigir que los domingos se trabaje, pues conservar tan cristiana institución es intolerable en este nuevo mundo laicista que nos está trayendo la felicidad. Por no hablar de la Semana Santa y demás jornadas festivas por su carácter religioso."

Y si bien extraigo el entrecomillado de un artículo de opinión que, en conjunto, me parece de lo más certero en estos tiempos en los que la estupidez se muestra de lo más atrevida, mira por donde, yo también me pongo a exigir. Así pues estoy dispuesto a renunciar, por ejemplo, al disfrute de mi paga de Navidad o a las vacaciones de Semana Santa, que no al descanso finisemanal por ser una cuestión de puro aguante biológico, a cambio de que quienes se declaran cristianos a partir de ahora y entre otras menudencias no roben, no maten, no mientan o no engañen a sus cónyuges. No entro, por ahora, en lo que ha de corresponder a las también muy cínicas altisonancias de otras religiones.