Eligiendo
Al final la inagotable y estúpida caterva de fanáticos acaba por obligarte a hacer elección: ¿Dios o el cine?¿Dios o el teatro? Últimamente, ¿Dios o Mozart? Incluso contando conque casi me daría lo mismo si en las cárceles de sus convicciones sólo quedasen confinados ellos mismos.
0 comentarios