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Ucronías

Distancia moral

 Sin duda es fenómeno digno de estudio que tras décadas de terrorismo y presión social las víctimas de todo ello en el País Vasco y fuera de él apenas hayan reaccionado tomándose la justicia por su mano. La salvajada de Ynestrillas, hace ya años, y el iracundo ciudadano que la emprendió hace días con un mazo contra una "herriko taberna" son gotas de agua, mera anécdota, en un mar de salvajismo, tropelías, descaro, inmoralidad y esa desconsideración hacia toda civilización y humanidad en la que se regodean a gusto sus victimarios.

 No cabe duda de que el entorno abertzale explotará sin asomo de rubor este asunto, que puesto en en ciertos términos va poco más allá de la rabieta, el pronto irreflexivo y el cabreo y que yendo un poco más allá coloca, por desgracia, a este iracundo Emilio Gutiérrez en más de un punto de mira nada metaforico.

 Sin embargo lo que al fin y a la postre demuestra este asunto es que existe un abismo de distancia moral entre ETA y todo su sistema clientelar y quienes son ajenos y contrarios a todo ello.

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