El arte del sortilegio
Si en muchos cuentos infantiles el protagonista atraviesa por variadas pruebas para alcanzar el conocimiento de la palabra mágica, aquella que abre puertas, descubre tesoros o transforma monstruos en beldades, nuestros políticos en cambio llevan a cabo todo tipo de piruetas para evitar pronunciar una palabra que, parece ser, resulta maldita, tal y como si al salir de sus labios fuese a precipitarles a vayan ustedes a saber qué abismos. Veamos:
Túnel corto en el que se ve la luz al final
Y así "ad nauseam".
No citaremos la palabreja eludida, ... por si acaso.
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