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Ucronías

¿¡Abdicación?!

¿¡Abdicación?!

Dice bien poco en favor de nuestra historia que incluso a quienes no profesamos el más mínimo fervor monárquico nos inquiete la posibilidad de una abdicación de Juan Carlos I.

Lo debería tomarse como algo normal: que un monarca se tome sus funciones con un mínimo de rigor, represente dignamente (salvo alguna salida de tono) a España en el exterior y se atenga a grandes rasgos a los límites de su papel institucional, es pura excepcionalidad en este país, sobre todo si se toma como referencia lo que han supuesto los Borbones.

Resulta perturbadora la idea de no volver a tener esa suerte.

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