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Ucronías

Tal vez era fracaso


 

Ocupé una mesa apartada, hacia el fondo. Tenía que matar el tiempo sin remedio en una de esas horribles cafeterías de centro comercial. Gracias a un libro conseguí parapetarme respecto del lugar, la gente y el ruido y así mantuve la concentración durante largo rato. Me sacó de ella una niña pequeña, que me lanzó un "hola" al que respondí disimulando lo mejor que pude mi desgana por hacerlo; el saludo del segundo niño, su hermano, lo emití sin embargo con una mayor naturalidad, no exenta de cierta simpatía. Ambos chiquillos vestían ropa deportiva barata, probablemente heredada de cualquier otro y su aseo no era el más esmerado. Corrieron después hacia una mesa en la que un hombre sesentón y de aire cansado era abrazado por una muchacha apenas adolescente, y lo hacía con un cariño y una devoción inmensos, animándolo sin pronunciar una palabra. Me pregunté por las razones de la ausencia de una madre en aquella escena, por qué había un gesto abatido en aquel hombre, por lo que había motivado la entrega espontánea y absoluta de aquella muchacha de aspecto descuidado y rebelde.

 

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