¿Le haría feliz ponerles un distintivo en el pecho, Sr. Yañez?

Hayan sido 300.000 o 2 millones. Sus motivaciones hayan sido discutibles o no. Concurriesen a la manifestación los ultraderechistas o se abstuviesen de hacerlo. La convocatoria haya sido teledirigida políticamente en interés de un partido o pretendiese simplemente manifestar el rechazo a una situación. Todo eso en este momento me da igual.

Lo que me produce prefunda repulsa moral e intelectual es que el Sr. Luis Yañez-Barnuevo, en su artículo de "El País" de hace un par de días se haya atrevido a introducir una alusión acerca de que "incluso el aspecto físico de los asistentes" (sic) le recuerde unos tiempos, los franquistas, que califica negativamente.

Se compartan o no los argumentos históricos, sociológicos y políticos que maneja el autor, se pueda rechazar o compartir su crítica al régimen dictatorial de Franco, que todo ello es tan asumible como discutible en función de las opiniones de cada uno, lo que resulta alarmante y denota un desliz psicológico en absoluto inofensivo por parte del Sr. Yañez es que se pretenda introducir una marca fisiognómica para caracterizar a quienes no están de acuerdo con él. Tales mecanismos reflejos entroncan directamente con líneas de pensamiento tan ridículas, absurdas, ofensivas y claramente antidemocráticas como aquellos juegos de opuestos tan caros al aranismo o a los fanáticos hitlerianos o de cualquiera otra laya.

Ojalá tuviese este caballero el coraje y la honestidad de pedir disculpas por ello. Dudo que lo haga.