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Ucronías

Sentido lúdico

Ayer asistí, por razones que no vienen al caso y después de mucho tiempo, a una liturgia católica. Regresó una de las viejas sensaciones: en su solemnidad no estaba más que ante un juego pueril de certezas sustentadas en algo intagible como humo, el refugio de quienes siguen sintiendo agitación ante la incertidumbre o siguen negando que, de cuando en cuando, sienten, supongo,  la perturbadora sensación de intuir que nada de cuanto les contaron que encontrarán estará esperando ahí.
De cualquier modo para nada son preferibles las religiones sin sación divina. Al fin y al cabo el resultado acaba por ser idéntico: Convencerse de que se posee la razón en tanto que los demás carecen de ella.

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