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Ucronías

A manera de pronóstico

Hace poco más de dos siglos, cuando los ecos revolucionarios llegaban desde Francia a Inglaterra y las libertades civiles consuetudinarias de esta nación peligraban, alguien lanzó el siguiente juicio sobre el gobierno de Pitt: "los bellacos y sus fautores parecían dominar el mundo; y llevaron su servilismo hasta tales extremos que, en mi opinión, si el señor Pitt hubiera propuesto aprobar una ley para deportar a todos los que tuviesen la nariz chata y colgar a los que superaran los sesenta años de edad, esos individuos la hubieran defendido, calificándola de idea brillante y sabia medida."

Salvemos adecuadamente las distancias en tiempo y espacio y convengamos en que, hoy por hoy, no es necesario deportar ni colgar a nadie para obtener su muerte social. Sentado esto aguardemos a lo que viene; creo que en los próximos años vamos a asistir a nuevas leyes con sorprendentes exposiciones de motivos y articulados dignos de guión de la Hammer.

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